LA PEREZA
Por: Ouspensky
P. ¿Cómo se puede
contrarrestar la pereza?
R. Mediante el esfuerzo.
¿Cómo de otro modo?
Es difícil hablar en
general, porque hay tantas formas de pereza: tantos escapes diferentes.
Debemos hablar sobre
casos concretos, de modo que sólo usted puede responder.
Encuentre en usted
diferentes clases de pereza, entonces verá que no siempre es la misma: en
algunos casos se manifiesta peor, en otros casos con menos fuerza.
Usted necesita una
gran cantidad de observaciones: nadie desde fuera puede ayudarle.
P. ¿Tan sólo querer es
de algún provecho?
R. No, eso no es
suficiente.
Suponga que uno es
perezoso en una cosa particular, pero no siempre igualmente perezoso: a veces
más, a veces menos.
Esto es material para
observación.
Descubra lo que le
hace más perezoso o menos perezoso; entonces descubrirá algunas causas y sabrá
dónde observar más adelante.
En muchas cosas
debemos encontrar en nosotros qué constituye una diferencia, porque en nosotros
nada permanece lo mismo durante largo tiempo.
Hasta los rasgos
permanentes se manifiestan de manera diferente: un día de un modo, otro día de
otro modo.
Es necesario
descubrir qué causa eso.
P. ¿Hay un modo de decir
la diferencia entre una necesidad genuina de descanso y la pereza?
R. Como en muchas otras
cosas, hay casos en los que usted puede decirlo definidamente, y sólo deberá
tomar estos casos y no pensar sobre los dudosos.
Si empieza con casos
en los que no conoce, no podrá hacer nada.
En este sistema
deberá empezar con las cosas sobre las cuales no tiene duda.
ouspensky
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