HÁBITO
Por: Ouspensky
Mientras un hombre
está gobernado por un hábito determinado, no puede observarlo; pero desde su
primer intento de combatirlo, por débil que éste sea, lo siente y repara en él.
Por eso, para
observar y estudiar los hábitos es necesario tratar de luchar contra ellos.
Esto nos abre una vía
práctica para la observación de sí.
Dije anteriormente
que un hombre en un principio no podía cambiar nada en sí mismo, que sólo podía
observar y constatar.
Es verdad.
Pero es igualmente
cierto que un hombre no puede observar ni constatar nada, si no trata de luchar
consigo mismo, es decir, contra sus hábitos.
Esta lucha no puede
dar resultados inmediatos; no puede conducir a ningún cambio permanente o
duradero.
Pero permite saber a
qué atenerse.
Sin lucha un hombre
no puede ver de qué está hecho.
La lucha contra los
pequeños hábitos es muy difícil y fastidiosa, pero sin ella es imposible la
observación de sí.
Desde su primera
tentativa de estudiar su actividad motriz elemental, el hombre tropieza con sus
hábitos.
Por ejemplo, puede
querer estudiar sus movimientos, puede querer observar cómo camina.
Pero nunca lo logrará
por más de un instante, si sigue funcionando de la manera habitual.
En cambio, si
comprende que su manera de caminar está constituida por un cierto número de
hábitos: pasos de cierta longitud, un cierto porte, etc., y si trata de
cambiarlos, es decir caminar más o menos rápido, alargar más o menos el paso,
será capaz de ver en sí mismo y estudiar sus movimientos mientras camina.
Si un hombre quiere
observarse mientras escribe, debe tomar nota de la manera en que sostiene la
pluma y tratar de tomarla de otro modo; entonces se hace posible la
observación.
Para observarse un
hombre debe tratar de no caminar de manera habitual, de sentarse en forma
desacostumbrada, debe permanecer de pie cuando normalmente se sienta, sentarse
cuando está acostumbrado a estar de pie, realizar con la mano izquierda los
movimientos que acostumbra hacer con la mano derecha y viceversa.
Todo esto le
permitirá observarse y estudiar los hábitos y asociaciones del centro motor.
Ouspensky
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